Lectorsillos

martes, 6 de agosto de 2013

amigas

No estoy bien, estoy triste. Re triste. Hace más de un mes que no soy feliz por nada. Me pasan muchas cosas malas y todas juntas, sumado a cosas menores que quizá para el resto sean una pavada, pero que a mí me suman y para mal, o mejor dicho me restan. Restan todo lo bueno, incluso los segundos de risa y "alegría" que puedo tener.
Me considero una buena persona, no entiendo por qué me pasa todo esto a mí. Sí, ya sé que sea el karma, pero no entiendo de donde hay tanto. No sé si maté a alguien o qué porque me esta yendo muy mal en la vida, pésimo, no tengo ganas de seguir nada.
Todo se desmorona a mi alrededor, incluso las cosas que pensaba que eran fijas, decisiones tomadas. No, sé que nada es seguro, pero esto ya se está yendo de tema. No tengo absolutamente una sola certeza, es demasiado impredecible mi vida en este momento. Ya no quiero jugar este juego, quiero terminarlo y no sé cómo; ni siquiera sé cuando lo empecé. Basta vida, dejame en paz. Tanta gente y te la venís a agarrar conmigo, estoy cansada. Me tenés como en una calesita y me das vueltas y vueltas, y yo ahí expectante sin poder bajar. Eso es lo único que hago, soy una espectadora de mi vida. Veo todo desde afuera, miro lo que pasa y no hago nada, no puedo, no me sale.
Ni siquiera sé ahora qué es lo que quiero estudiar. Me arrepiento de hacer biológico, no me gusta para nada. No es mi vocación. Pero tampoco me gustan las demás orientaciones. No quiero hacer medicina, no sé qué carrera quiero seguir, no me quiero quedar tampoco en esta ciudad después de terminar el liceo "viendo que hago". Sé que los que hacen eso no despegan más.
No quiero vivir para trabajar y trabajar para vivir. No quiero que mi vida sea sistemática, rutinaria. De casa al trabajo y de trabajo a casa, no. Ni siquiera hay algo que diga "fa, sí, esto me gustaría estudiar". No, estoy en cero, sin nada, por besar la lona.
Lo único que me mantiene y no me deja caer por completo son ellas, mi salvación, los pilares de mi vida. Puedo estar sin nada, se puede caer todo a mi alrededor, y de la única cosa que puedo estar segura es que ellas no me van a fallar.
Si mi vida volviera a empezar, en otro lado, diferente, si algún día me despertara y no recordara nada, sé que las voy a cruzar de nuevo, que van a aparecer como siempre.
Pase lo que pase, para el resto de la eternidad, amigas.