Lectorsillos

viernes, 4 de julio de 2014

Insistente, latente

Hoy quiero escribir. Descargarme. Intentar explicar cómo me siento o mejor dicho qué siento.
Tengo una "cosa" en medio; en el medio de mí, de mi cabeza, de mi panza, de todo; que no me deja pensar, sentir, estar bien. Todo me molesta -y todos-. 
Es algo que no puedo explicar con palabras, dibujos, colores, con nada, pero está ahí; latente. Me está sofocando el alma, me está cambiando los sentimientos. Algo que debería darme gracia, me enoja; algo que debería hacerme llorar, me hace reír mucho, exageradamente; algo que debería enojarme o ni siquiera eso, me pone triste, muy.
Quiero sacarme todo de una vez y poder liberarme.
Es como una carga que tengo todo el tiempo encima mío y la siento. No es como mochila porque no la puedo sacar. Es algo más profundo, más intenso, menos cosa y más sentimiento.
De repente estoy en un lugar y me dan ganas de llorar y si no fuera porque veo gente a mi alrededor, lloraría. Pero es algo que con llorar no se va, no desaparece, se hace peor, más intenso.
Siento desprecio por todo. Los ojos "se me vuelven fuego" cuando miro a la gente y pienso, y miro, y vuelvo a pensar. Y me empiezan a molestar sus presencias y quiero que desaparezcan en ese instante. Me siento amenazada en mi espacio, veo cómo se acorta y siento que me invaden.
Me pongo triste porque los veo y se me reflejan sus vidas de perfecto show y me molesta. Una vez más me vuelvo irascible.
¿Por qué tengo que ver siempre la casa desde la ventana de afuera?. Es como el cigarrillo consumiéndose. Nunca se consume completamente, sin dejar vestigio, no puede, no llega. Nunca llega.
Impotencia es gran parte del tiempo. Impotencia de mí, de lo que siento, del resto, de cómo me ven. 
Ansiedad por momentos. No sé quiénes son y qué piensan; quiero saberlo. 
Intento meterme en sus cabezas y no puedo, hay barreras. Las voy a romper. Si es intento fallido, miro por encima y lo veo todo. Cada movimiento, cada color, cada gesto. Estoy ahí, imperceptible, observando. No saben, no tienen idea que puedo estar ahí, pero lo estoy. Siempre mirando. Siento algo que me llama y me aleja a la vez, antitéticamente. Me quedo en mi lugar inmóvil y continúo observando.
La ira me maneja, otra vez. Es hora de salir, de volver, de pasar mi propia barrera. 
Como una gitana, intentando percibir realidades. Odiando realidades, todas, por diferentes. No me puedo salir del estereotipo y me enoja. Otra vez, otra cara, otro motivo que me molesta.

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