Lectorsillos

lunes, 1 de diciembre de 2014

Extrañtis aguda

Todos los días me acuerdo de vos y es lo más triste de mi vida. Sueño muchas veces con que un día volvés y de repente todo está bien de nuevo, como antes, como siempre.
Me dan ganas de que esté todo bien y saludarte y un día quizás hablar, pero no puedo. Te veo ahí cuando te cruzo y es como que no sé que hacer, cómo reaccionar, no sé si saludar, si no, no sé.
Nunca me había sentido tan mal por haber perdido a una amiga. Y es que yo no sé si fuiste la mejor, la peor, la del medio o qué, pero eras mi amiga, mía, a la que le confiaba los secretos, con la que hablaba de cosas que con las demás no podía, la que me entendía muchísimo y compartía sentimientos.
Nunca me di cuenta de ver que ya no estabas siendo la misma, mi doble, mi otro yo y ya eras más otra, más vos. Me culpo todavía por eso, siempre.
No entiendo bien qué pasó pero te juro que sos de esas personas que en algún momento de mi vida quiero cruzar y hablar y recordar cosas y quién te dice que hasta tomar un café, un té no sé, algo.
Es imposible superar esto, hace casi un año y medio ya que dejamos de compartir cosas, fotos, salidas, secretos, sentimientos.
Y mirá que yo quería arreglar las cosas, pero no supe cómo abordar la situación, el enojo me ganó. Y ahora pienso... ¿enojo de qué?. No tenía que hacer más nada que ponerme en tu lugar e irte a hablar, y no pude, no pude hacer simplemente eso, no pude. Y tal vez haya sido la peor cosa que hice, la peor decisión que tomé, no lo sé. Pero ya está, ya pasó y volver el tiempo atrás imposible. Hay que superar, pero ¿cómo?.
Ya no te puedo considerar como parte de mi vida pero yo que sé. Ha cambiado tanto tanto en cuestión de un año que es increíble.
Ya ni siquiera me hallo, no sé donde estoy parada, no entiendo. Estoy confundida y ni siquiera tengo a los pilares con los que contaba cuando estaba así.
Ojalá algún día leas todo esto que escribo, yo tengo la esperanza. La dirección de mi blog la tenés, o deberías tenerla, capaz que ni siquiera te acordás o no te interesa entrar, no sé. Pero sigo con la esperanza de que en algún momento leés lo que escribo o por lo menos le pegás una revisada a mi perfil, a mi twitter o algo. Yo ni siquiera te dejé de seguir y sí, entro siempre.
Supongo que se trata de acostumbrarse a los constantes cambios pero no quiero.
Te juro que esto no puede quedar así, es muy injusto. Pero ¿quién habló de justicia, no?

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