Lectorsillos

domingo, 26 de enero de 2014

Tan cercano que asusta

No, no quiero. No pienso caer. Tengo que ser fuerte, resistir a ese no sé qué sin lamentarme por haberlo hecho.
Se siente tan mal resistir, tan mal ceder. Todo sabe igual, mal.
Dejá de decir esas cosas. No quiero oírlas, no me interesan, no me suman. Me restan, me dividen, me fracturan el alma. Ya no sé si lo hacés inconscientemente o por el contrario, tan consciente que hace doler.
No entiendo, no puedo entenderte. ¡Dejé de leerte hace tanto!, cuando me sacaste y cerraste con llave. 
No quiero que dejes entreabierto, ahora no. No sirve más. Todo está tan turbio, tan ennegrecido y opaco que es imposible ver algo. No creo poder descifrar una sola cosa.
Estoy a destiempo, en sombras, en medio de un turbulento aire que me atonta. Todo gira. No veo, no te veo, no me veo. Necesito atarme, tirar el ancla y plantar bandera.
No quiero moverme de acá, nunca más. Quiero encotrarme con mi otra parte, esa que se escapó en ilusiones.
Tengo miedo. Quiero sentir, teñirme de ese tinte multicolor que mejora apariencias, que cambia y crea contrastes para mejor; ese tinte que se hace llamar vida.

2 comentarios:

dn dijo...

me enamoré de este post, es tuyo?

Ines table dijo...

claro que sí, tiene que ver con el susodicho jajaja :(